En Mejillones yo tuve un
amor;
hoy no lo puedo encontrar.
Quizás en estas playas
esperándome estará.
Era una linda rubiecita,
ojos de verde mar;
me dio un beso y se fue,
no volvió más.
¡Ahora díganme dónde
estará,
que no la puedo
encontrar!
Mi corazón no puede,
sería fatalidad.
Yo no podré irme sin
ella
nunca jamás,
pero alguno de estos
días, presiento,
ha de volver.
Mejillones, yo te quiero,
y me da mucha tristeza
alumbrar con tus faroles
esperando que amanezca.
Mejillones duerme, duerme,
pero duerme como un niño;
"Despierta
Mejillones", me dirás,
"aquí tienes mi
cariño".
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